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lunes, 15 de septiembre de 2008

ALCANZANDO UNA BUENA CONCIENCIA, Semana 3




ALCANZANDO UNA BUENA CONCIENCIA
Principio de Vida la Responsabilidad







SEMANA III
__________________________________________________________________________________ DIA 1



A. ¿Cuáles fueron las actitudes que causaron sus palabras y acciones equivocadas?


La clave al pedir perdón apropiadamente, es el poder identificar las actitudes equivocadas antes de nombrar las palabras equivocadas y acciones. Cuidadosamente considere las siguientes dos ilustraciones:

Caso número 1 (Manera Equivocada)

El Señor Jesús con visionó a un joven que se había robado algunos materiales de una tienda donde él había trabajado. Él determinó hacer lo justo, figurando que lo que se había robado valía $500.

Él escribió un cheque por la cantidad y fue a donde el dueño y confeso su robo. Después de haberle dicho lo que había hecho, él pidió perdón y le entrego al dueño el cheque. Él se sintió decepcionado, cuando el dueño de la tienda le dijo, recibiré tu cheque, pero no te perdonaré.

Caso número 2 (Manera Correcta)

Un trabajador de construcción se robó nueve herramientas de donde trabajaba. El Señor lo convenció de su necesidad de pedir perdón y de hacer restitución. Sin embargo antes de ir al dueño, él se sentó y cuidadosamente evaluó las actitudes que lo motivaron a robarse las herramientas.

Mientras que él hacía su evaluación, él reconoció que él no necesitaba las herramientas, y que él tenía dinero para comprarlas si las hubiera necesitado. Finalmente él concluyó que sus acciones eran de una actitud de ingratitud. Él escribió un cheque y fue a donde el dueño de la compañía

Para él era importante describir su ofensa con exactitud, y lo escribió en una tarjeta y lo leyó mientras hablaba con el dueño.

& Él dijo, “Dios ayúdame a reconocer que ingrato he sido como empleado y he venido ante ti para pedirte perdón”. El dueño estaba asombrado, porque él había confiado en su empleado. Él le dijo: “no necesitas pedirme que te perdone”, el empleado le respondió: “Si lo necesito, por la ingratitud me llevó a robarle las herramientas”.


Cuando el dueño vio el espíritu humillado y quebrantado del joven, lo perdonó por completo y le dijo que pusiera su cheque de restitución en la ofrenda de la Iglesia. El joven salió de ahí con una nueva libertad en el Espíritu de Dios.

El primer joven se enfocó en las acciones equivocadas, y como resultado, no comprendió por completo su ofensa. El dueño probablemente sin saberlo no percibió un arrepentimiento verdadero que hubiera sido evidente si el joven hubiera analizado sus acciones en las actitudes equivocadas.


B. ¿Cómo se identifican las actitudes que producen el arrepentimiento genuino?

Hay dos razones esenciales por las cuales las actitudes equivocadas deben ser confesadas antes de tomar acciones equivocadas. La primera razón es que las actitudes equivocadas usualmente son más dolorosas y ofensivas que las palabras y acciones equivocadas.

La segunda razón es que la actitud ofensiva no es corregida; la persona a la que se le está pidiendo perdón instintivamente sabe que la misma ofensa probablemente se repetirá.

Enumere las actitudes que eran:

Orgullo _______________________________________________
Fraude _______________________________________________
Premeditación _______________________________________________
Presuntuoso _______________________________________________
Egoísmo _______________________________________________
Ingrato _______________________________________________
No confiable ___________________________________________
Irresponsable ___________________________________________
Infiel _______________________________________________
Indiferente _______________________________________________
Indelicado _______________________________________________
Rabioso _______________________________________________



PROYECTO 4
HOJA DE TRABAJO DE LA BUENA CONCIENCIA

Reconocer las palabras y acciones equivocadas que usted enumeró en la columna 3 de las actitudes equivocadas y escríbalas en la columna 4.

A. Lo importante de tener un plan de restitución

Una de las más claras evidencias de un arrepentimiento genuino es el deseo de arreglar cualquier daño que sufrió la persona a la cual tú le fallaste.
Si tú robaste artículos, tienes que regresarlos. Si no los puedes devolver, tienes que pagar por ellos. Si tú no tienes el dinero para pagarlos, tan siquiera deberías ofrecerle un plan alternativo a las personas que le vas a pedir perdón

Caso Número 3

Un verdadero cristiano que era un diácono en la iglesia empezó a robar el dinero que recibía de los clientes.
Después de varios años de estar cometiendo fraude, él escuchó un mensaje de lo importante de tener una buena conciencia y El Señor lo convenció de su delito.
Sin embargo él estaba atemorizado al prospecto de tener que enfrentar al dueño de la compañía. Él estaba bajo presión financiera, y esto significaría poder perder su trabajo y también ir a la cárcel. Pero él tomó la decisión que una buena conciencia era más importante que el resultado de las consecuencias y razonó que cualquier castigo sería lo que el justamente se merecía.



Él fue a donde el dueño, confesó una actitud de egoísmo, y explicó que él había demostrado estas actitudes equivocada cuando se robó el dinero que ha debido de ir a la registradora.
Él le explicó la razón por la cual él no tenía dinero para pagarle lo que se había robado, él estaría dispuesto a trabajarle al dueño todos los sábados, haciendo cualquier trabajo que necesitara en la casa o en la tienda.



El dueño estaba convencido de su sinceridad y lo perdonó y estaba impresionado con la diligencia y fidelidad del trabajo que el hombre hacia todos los sábados.
Cuando el vendedor consiguió una buena conciencia, el experimento un gran sentido de gozo y apreciación. Esto trajo como resultado un espíritu de generosidad hacia al Señor. Su testimonio resultó en la salvación del dueño. El vendedor llegó a ser un ganador de almas dinámico.





SEMANA III
__________________________________________________________________________________ DIA 2




A. ¿La restitución como fruto de un arrepentimiento genuino?

Breve de ficción de Arrepentimiento
& La palabra Arrepentimiento en el Hebreo es נָחַם nakjám, en el pensamiento Judío traduce normalmente cambiar de idea, de actitud, cambiar la manera de vivir, de pensar (Mt. 21:31-32, 2Co 7:8,9)

& La traducción en griego la más común es metanoia μετάνοια, cambio de mente, de pensar, de argumento, de actitud. (Lc 5:32 2P 3:10)

La restitución no es simplemente, pedir perdón, regresar artículos que fueron robados, no satisface el Espíritu de la Ley de Dios sobre la restitución, como esta escrito en el Viejo y Nuevo Testamentos. (Vea Éxodo 22: 1-5 y Mateo 5:38-42).

Vamos a usar el ejemplo del hombre que se robo las herramientas. Asumiendo que las herramientas hubieran sido necesitadas para el trabajo, el dueño se hubiera visto obligado a comprar nuevas herramientas, esto hubiera involucrado mayor tiempo y más de sus fondos. Probablemente el costo de remplazar las herramientas sería más costoso por el incremento de los precios o quizás no se pueden conseguir. Y debido a esto el dueño perdió los intereses bancarios del dinero que él utilizó al comprarlas.

Así que regresando las herramientas o pagando solamente el valor de lo que costaron, no hubiera cubierto los costos en que incurrió el dueño por el robo.

Por esta razón la ley de Dios requiere que pague el doble de lo que fue robado. Vea (Éxodos 22 del 1-7.)
Los bueyes eran utilizados para excavar la tierra, para halar las carretas y otras funciones. Eran herramientas importantes para el dueño, así que el dueño sufría una mayor pérdida cuando le robaban un buey que cuando le robaban una oveja.

En el Sermón del Monte, Jesús puso mucho énfasis en la importancia de pagar el doble de lo robado. “y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa” (Mateo 5:40)


Para tener una buena conciencia, Zaqueo, ofreció pagar cuatro veces más de lo que se había robado.

Cuando Jesús llamó a Zaqueo que viniera a Él, la multitud murmuraba porque Zaqueo había robado a muchas personas. Su reputación se había manchado por sus negocios fraudulentos. Cuando él vino a Cristo, él dijo, “… he aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado” (Lucas 19:8).

Es importante observar que Zaqueo determinó tener una buena conciencia solamente después de haber conocido al Señor.

Tenemos que mirar también como debo restituir a mi hermano que ofendí, como lo abordare para restituirle en especie y no solo con un perdón y buenas palabras.

Ejemplos sencillos de la restitución de ofensas, es:
Invitarlo a un buen restaurante, comprarle un buen accesorio personal.

El pedir perdón va unido con la restitución y te tiene que costar en tu orgullo, para que así valores las relaciones y no andes ofendiendo por donde vallas y simplemente des un perdón o una disculpa, o muchas beses ni una palabra.

PROYECTO 5
HOJA DE TRABAJO DE LA BUENA CONCIENCIA

Determine que restitución se requiere para remplazar la perdida y cumplir el espíritu de restitución Bíblica. Escriba su conclusión en la columna 5 de su hoja de trabajo.






SEMANA III
__________________________________________________________________________________ DIA 3



PROPOSITO DE PEDIR PERDON

A. EMPIECE CON AQUELLOS QUE USTED HA OFENDIDO MÁS.

Papá Dios es la persona que más hemos ofendido. Si dejamos de entender esto y no hacemos algo al respecto, la bendición de Dios no se manifestara rápida mente con nosotros cuando le pedimos perdón a los demás. Pedirle perdón a Papá Dios requiere que nosotros recordemos con detalle las violaciones de sus mandamientos.

& Sí Ud. ha robado, Ud. ha quebrado el mandamiento “No hurtarás” (Éxodos 20:15)

& Si Ud. ha mentido, Ud. ha quebrado el mandamiento “No hablaras contra tu prójimo falso Testimonio” (Éxodo 20:16)

& Si usted ha sido tropiezo u ocasionado que un hermano caiga, usted ha quebrado el mandamiento. “... Si no más bien decid no poned tropiezo u ocasión de caer al hermano” (Romanos 14:13).


& Al quebrantar los mandamientos de Dios, confirmamos que no le amamos: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama...” (Juan 14:21).

Al no amar al Señor, quebrantamos el mandamiento más importante y significativo.

& “...Amaras al señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y con toda tu mente, este es el primero y gran mandamiento” (Mateo 22:27-38).
&
Cuando nosotros ofendemos a otros cristianos, también ofendemos a Cristo.

& “... De cierto os digo, que en cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40).

& “Si alguno dice, yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso: Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (1Juan 4:20).




TOMA UN MOMENTO PARA ORAR

OH Señor, yo he pecado contra Ti por mi falta de Amor por Ti, lo cual es manifestado por mi ofensa contra ________________________________________________
“Yo ahora te confieso este pecado y te doy gracias por tu fidelidad y tu justicia para perdonar este pecado y limpiarme de toda impureza por la sangre del Señor Jesucristo. Amen”

Después de obtener una buena conciencia con el Señor y recibir la seguridad de recibir el perdón, continúa con la siguiente persona que tu más has ofendido. Esta persona debe estar escrita en la primera columna de tu hoja de trabajo.

La persona que tu más ha ofendido, tal vez sea la más difícil de abordar; sin embargo, si tu evitas a esta persona, la culpa te impedirá que objetivamente aclares tu conciencia con otros.

B. SEPARA TU PROPIA CULPA, ANTES DE ECHARLE LA CULPA A OTRO.

Uno de los grandes obstáculos que vas a experimentar cuando pidas perdón es el sentimiento que a la persona a la cual le fallaste, también es culpable. Tú, tal vez pensarás que él o ella se merecieron lo que le hiciste.
Será tu tendencia de magnificar la culpa que tienes contra la persona que has ofendido, de igual manera él o ella tratará de magnificar la culpa contra ti.

Al mezclar tu culpabilidad con echarle la culpa a otro, no solamente impedirá que obtengas una conciencia limpia, sino también ocasionará dos venenos espirituales que devorarán tu alma y reducirá el potencial espiritual que Papá Dios tiene para tu vida.

La única solución es decidir que porcentaje de culpa tienes en el asunto, y después ver la culpa por los ojos de la persona que has ofendido.

Porcentaje de mi equivocación ________

Vamos a suponer que tú eres responsable por 5 ó 10 por ciento de la ofensa. Puedes darte cuenta que al que usted ha ofendido probablemente se siente que es solamente un 5 ó 10 por ciento culpable. De éste modo, en muchos conflictos, la mayoría de la culpa no es reclamada por ninguno.

Será posible que desde tu punto de vista, tu ofensa sea como una paja en el ojo del que tú ofendiste. Sin embargo, desde tu perspectiva, probablemente se sienta como una viga. Cuando ves tu ofensa por los ojos de la persona afectada, será la viga que Jesús se refirió en Mateo 7:1-5.






SEMANA III
__________________________________________________________________________________ DIA 4



A. REVIVIENDO TUS OFENSAS POR LOS SENTIMIENTOS DE OTROS.

Debes tener un espíritu de arrepentimiento antes que vayas a pedir perdón a otra persona. Si la persona que tú has ofendido no detecta tal espíritu, él tal vez retendrá el perdón o tomará otros pasos para traerlos al arrepentimiento.

Puedes experimentar arrepentimiento genuino viendo tus ofensas por medio de los sentimientos del que tú has ofendido.

Sin saber cuan dolorosas fueron sus palabras y acciones, el pedido de perdón será superficial y no estarás motivado para evitar ofensas similares en el futuro.


B. ¿CÓMO REVIVES TUS OFENSAS?

Mírate tu mismo como el ofendido, revive en tu mente las circunstancias que llevaron a las ofensas. Trata de imaginarte como él o ella se sintió cuando fueron ofendidos. Piensa detenidamente las consecuencias que han producido en la vida de él o ella por las ofensas.

Una pareja, amigos íntimos, o miembro familiar pueden ayudarse unos a otros a revivir las ofensas respondiendo las siguientes frases:

1. Lo que tú hiciste, que me ofendió.
2. Cómo me sentí cuando lo hiciste.
3. ¿Qué hice yo a cambio?
4. ¿Qué me está enseñando Dios por medio de la ofensa?

Este es un paso importante que si no lo realizas tú mismo, o no permites que te ayude otra persona a llevarlo a cabo, Dios probablemente dejará que tú experimentes la misma ofensa.

La narración de José describe como Dios trajo a sus hermanos a ver sus ofensas por los sentimientos de aquel a quién ellos ofendieron.


Caso Número 4.

El segundo hijo miró con odio cuando se le acercó su hermanastro, menospreciándolo en el lugar de trabajo.

Les dijo a sus hermanos, “Vamos a deshacernos de nuestro orgulloso hermanastro”. Su hermano mayor trató de razonar con él, “No vamos a matarlo nosotros mismos, vamos a arreglarlo para que se muera por sí mismo”. Todos los hermanos estuvieron de acuerdo y continuaron con su plan maligno.
Por años ellos vivieron con su culpa, pero un día ellos vivieron sus ofensas por los sentimientos de su hermanastro. Ellos fueron acusados falsamente y los tiraron en prisión por tres días.

Fue por ésta experiencia en la prisión que se dijeron unos a los otros.

& “... Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros ésta angustia”. (Génesis 42:21).

Aunque reconocieron su culpabilidad, ellos no tenían todavía un espíritu genuino de arrepentimiento. A cambio ellos empezaron a culparse unos a otros. Por ésta razón ellos experimentaron más angustia, falsa acusación y encarcelación.

No fue sino hasta varios años después que ellos finalmente llegaron a pedirle perdón a su hermanastro con un espíritu genuino de arrepentimiento:

& “... Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos de tu padre...” (Vea Génesis 42:17, 21, 24, y 50:17).





Bendiciones en este día
Gracia y Vida
Rev. Nelson Castellanos T.
Centro Internacional Sembradores de Fe y Vida.
Colombia - Bogotá D.C.









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